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Aprendizajes que dejan las fallas en obras del Mapocho y en el suministro de agua potable

La ingeniería debería incorporar la variabilidad climática y el impacto de fenómenos como El Niño en el diseño de obras y, además, considerar opciones en caso de que la capacidad de un desvío de cauce sea sobrepasada.

Por Nieves Aravena, El Mercurio

El río Mapocho, que habitualmente se ve con poca agua, no tenía por qué salir de su cauce, pese a la lluvia intensa que cayó en la madrugada del 17 de abril.

"Lo que vimos esta semana fue una crecida razonable; una crecida de 120 metros cúbicos por segundo ocurre en promedio cada cinco años", explica el ingeniero hidráulico Rodrigo Cienfuegos, director del Centro de Investigación para la Gestión de Desastres Naturales (Cigiden) de la Universidad Católica.

En el desborde de 1982, el río superó los 1.000 m3/seg, lo que ocurre cada cien años.

En Cigiden, un equipo de académicos analiza lo ocurrido en este curso de agua, donde se realizaron obras provisorias para desviar parte del torrente mientras se construía en otro sector.

Los estudios encargados por la concesionaria vial Costanera Norte esperaban un máximo de caudal de 80 m3/seg para el canal de desvío, lo que fue excedido, y generó la salida del Mapocho hacia la Costanera Sur y la avenida Andrés Bello.

"Este es un aprendizaje importante para la práctica de la ingeniería. Se están adelantando estas lluvias y las estaciones ya no están tan marcadas. Entonces diseñar considerando meses (de caudales históricos) es complejo", señala Cienfuegos. Habría que tomar estadísticas anuales -sugiere- para reducir el umbral de incertidumbre y tener un "plan B" para evacuar aguas en caso de que se sobrepase la capacidad calculada para las obras.

La variabilidad climática, además de fenómenos como El Niño, que elevan las temperaturas, no suelen estar incorporados en la práctica habitual de la ingeniería hidráulica: "Hay que considerarlos ahora. Una vez que un ingeniero define cierto caudal, eso está asociado a una probabilidad de ocurrencia. Quiere decir que también hay una probabilidad de que sea excedido ese caudal", dice el experto.

Además -dice-, se sabía con una semana de anticipación que caerían cerca de 100 mm, pero falta aplicar conocimiento sobre lo que significa en impacto.

Incorporar riesgos
En Cigiden plantean que en Chile hay un atraso en la incorporación de los riesgos y amenazas naturales, en la planificación de las ciudades y en el diseño y la evaluación de las obras. Las defensas fluviales a veces no sirven, y por ello la tendencia en otros países es parques inundables junto a las riberas.

Especialistas del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus), UC, abogan por una "una relación más sustentable entre ciudades y sus cuencas, lo que requiere conocer la dinámica hídrica en que se insertan nuestras urbes". Ello implicaría mejorar la gestión de infraestructura hídrica y urbana, con el fin de evitar fallas en el abastecimiento de agua potable a la ciudad por la turbidez del río Maipo: "Se están adelantando las lluvias y las estaciones ya no están tan marcadas. Entonces diseñar por meses es complejo. Y por eso debía estar en operaciones un diseño de obras que permitiera evacuar el caudal de aguas en exceso (Rodrigo Cienfuegos)”.

Pablo Pastén, del Cedeus, señala que "en estos eventos hay lecciones para las instituciones, para los académicos, para el gobierno y las empresas privadas respecto a la visión que tenemos de nuestras ciudades".